Tu experiencia de vida influye en tu autoestima - Blog de Patricia Uranga

La autoestima puede disminuir y recuperarse.

La autoestima se estructura mediante la aceptación y confianza en uno mismo, el amor propio, y cómo ésta es valorada y aceptada por otros.

 

Nathaniel Branden en su libro “Los seis pilares de la autoestima” nos ofrece una propuesta de prácticas que contribuyen a una configuración positiva de ella, mediante los siguientes conceptos:

  1. Vive conscientemente, es decir toma consciencia plena en el aquí y al ahora sobre tus sentimientos, pensamientos, tu forma de comunicarte, de relacionarte, de actuar y de gozar la vida. A partir de aquí, reconoces tus motivaciones para alcanzar lo que necesitas para disfrutar tu vida.
  2. Acepta completamente todo tu ser. Muéstrate bondadoso y compasivo contigo en esos momentos complejos. Deja la critica y el juicio a tu persona. Como te hables, ¡sí importa!
  3. Asume la responsabilidad sobre ti mismo, eligiendo y tomando las decisiones conforme a tus necesidades. Desde aquí tomas el control de tu vida. Desde aquí dejas de culpar a los demás y te alejas de la victimización
  4. Autoafírmate respetando tus necesidades, valores y deseos. Hazte caso, tú sabes más y desde aquí te olvidas de complacer y a seguir estereotipos. Ello reafirma tu confianza y tu valía.
  5. Vive con propósito teniendo una visión global de lo aspiras lograr en tu entorno laboral, social, familiar, económico, etc. Es fundamental hacerlo para emprender las acciones necesarias para cumplirlo. Dar pasos en tu dirección contribuye en tu autorrealización.
  6. Crea tu integridad personal actuando en congruencia con tus valores, ello influye en tu bienestar personal y por consiguiente en tu paz.

La autoestima no es estática, puede verse afectada por las experiencias de la vida en momentos de pérdidas, de rechazo, de traición, de humillación, de abandono, ante la insatisfacción y falta de interés por la vida, por citar algunas.

Cuando estas experiencias suceden, iniciar un acompañamiento terapéutico es de gran ayuda porque fomenta tu autocuidado, tu aceptación y comprensión con la finalidad de recuperar tu certeza de valor propio, tu seguridad en tu identidad y tu capacidad de hacer y de disfrutar la vida.

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